![Guest Editorial: Talk to your LGBTQ+ child about bullying](https://cdn.sdnews.com/wp-content/uploads/20220115142756/flag-1184117_640.jpg)
por DR. BETANIA COCINA
Uno podría pensar que ser un joven en el espectro LGBTQ+ es, de alguna manera, mucho más fácil ahora que la sociedad está comenzando a cambiar hacia la aceptación y comprensión sobre estilos de vida alternativos, sexualidad e identificación de género. Sin embargo, todavía hay mucha desinformación, ignorancia y odio en el mundo también. Armar a su adolescente LGBTQ con el poder del conocimiento es una forma de ayudarlo a contrarrestar el impacto negativo de la intimidación.
Regla 1: comprender los 3 tipos de acoso
Enseñe a sus hijos sobre los tres tipos de acoso escolar. Ayúdelos a comprender qué constituye el acoso para que puedan identificarlo cuando les suceda a ellos o a un compañero. Además, es importante saber qué es el acoso escolar para que su hijo no lo haga sin darse cuenta; como hacerle cosquillas a alguien incluso cuando dice que se detenga, romper el tirante del sostén de una chica o incluso abrazar a alguien que les ha dicho antes que no les gusta que los abracen. La intención puede provenir de un lugar amable y amoroso, pero si la otra persona no lo quiere, aún puede considerarse intimidación.
- Intimidación verbal: Por ejemplo, insultos, burlas, comentarios inapropiados, amenazas de causar daño, etc.
- Acoso social/Acoso relacional: Este enfoque se enfoca en dañar la reputación y las relaciones de alguien. Podría estar difundiendo rumores, diciéndoles a otros que dejen específicamente a una persona fuera de las actividades grupales, avergonzando a alguien en público o en las redes sociales a propósito. No es raro que las mujeres utilicen este tipo de intimidación.
- Acoso físico: Este es bastante obvio, ¿verdad? Cosas como golpear, patear, azotar, tirar del cabello, pellizcar la piel, hacer tropezar a alguien a propósito, hacer gestos obscenos con las manos, contacto inapropiado, etc. La mayoría de las veces, los hombres son los que usan esta forma de intimidación.
Regla 2: Finge hasta que lo logres
Una declaración y un mantra utilizado por muchos, desde Hollywood hasta terapeutas en las oficinas. Esta declaración tiene un doble significado.
Primero, la ciencia ha demostrado que actuar de manera diferente puede cambiar cómo nos sentimos con nosotros mismos e incluso cambiar nuestras vías neuronales. A veces se sugiere a las personas con depresión que actúen como si no estuvieran deprimidas. Levantarse, salir a caminar, hacer un desayuno saludable, etc. Muchos pacientes han encontrado una disminución de la sintomatología depresiva cuando lo hacen. En consecuencia, actuar como un matón no te asusta, en realidad los hace parecer menos aterradores y reconfigura tus vías neuronales hacia el coraje en lugar del miedo.
En segundo lugar, los acosadores se alimentan del miedo de sus víctimas y del drama de respuesta. Una vez que dejan de recibir una respuesta dramática de su víctima, a menudo pasan a alguien.
Regla 3 – El coraje viene antes que la confianza
Al igual que muchos otros en el mundo, yo también he sido intimidado. No es fácil enfrentarse a personas que nos tratan mal.
Dicho esto, algunos de los momentos más enriquecedores de mi vida llegaron cuando me enfrenté a una persona que me estaba acosando y me defendí. Con el tiempo, comencé a defender a otros cuya voz no era tan poderosa como la mía. Con cada encuentro con un acosador sentí que mi confianza crecía.
Recuerda la regla número dos. A veces tenemos que fingir nuestros primeros actos de valentía. No dudes que la confianza seguirá. Incluso si te golpean en la cara (como a mí), mantente erguido y aléjate sabiendo que se necesita más fuerza para hacerlo que para pelear. Comparta una historia con su(s) hijo(s) sobre cuando fue valiente frente al miedo.
Regla 4: esto no se trata de ti
Recuerde, las acciones de un acosador no reflejan el valor de su víctima. Sé que es difícil no sentirse atacado personalmente... simplemente reflexione sobre un momento en que arremetió contra otra persona en un momento de ira.
Es posible que la otra persona ni siquiera te haya hecho nada (p. ej., te interrumpe involuntariamente en el tráfico) y, sin embargo, te vuelves loco por un extraño que va delante de ti. Ese conductor no se merecía la ira que desataste (probablemente ni siquiera lo escucharon, lo cual es bueno), pero aun así le lanzaste tus propios problemas.
Cuando alguien está intimidando a su hijo, recordarle a su hijo que este abuso “no se trata de usted” ayuda a proteger su ego/sentido de sí mismo en desarrollo. Nuevamente, ofrezca ejemplos que sean apropiados para la edad de su(s) hijo(s).
Regla 5: ¿Quién te cubre las espaldas?
Dé a sus hijos los números de teléfono y los nombres de las personas a las que pueden llamar como recursos si se encuentran en una situación incómoda o si necesitan hablar con alguien. Saber que hay personas en el mundo, además de un padre, cuidar de ellos le da a su hijo un sentido de comunidad y pertenencia que resulta en sentimientos de seguridad y empoderamiento.
— La Dra. Bethany Cook es psicóloga clínica, psicóloga de servicios de salud y musicoterapeuta certificada por la junta. www.doctorbethanycook.com.